Las consejerías de Salud, Educación e Inclusión han trabajado en este documento que aborda la planificación de acciones de prevención y el protocolo a desarrollar en cada caso
Las Consejería de Salud y Consumo, Desarrollo Educativo y Formación Profesional, e Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad han elaborado un protocolo y una guía para la prevención del riesgo de conductas suicidas y autolesiones del alumnado con la que se indica y acompaña a los centros educativos en la elaboración de una propuesta de prevención, protección e intervención para situaciones de riesgo o evidencia de conductas suicidas y autolesiones.
El Consejo de Gobierno ha sido informado de esta medida que aborda la planificación de acciones de prevención y el protocolo a desarrollar para la elaboración de planes individualizados de prevención, protección e intervención tras la detección de alguna situación de riesgo, de menor o mayor gravedad, relacionada con el comportamiento suicida y de las autolesiones.
La consejera de Salud y Consumo, Catalina García, ha hecho hincapié en la importancia de la prevención de la conducta suicida destacando que desde el pasado mes de junio Andalucía cuenta con un Programa de Prevención de la Conducta Suicida. Así, ha incidido en que “este documento es imprescindible para que, de una manera coordinada y organizada, se lleven a cabo esas acciones o intervenciones que reduzcan el impacto del suicidio en todas sus dimensiones”.
Igualmente, ha recordado que una de las líneas de trabajo del Programa de Prevención de la Conducta Suicida es la atención a la población infanto-adolescente. Un área que cuenta con cuatro acciones concretas: crear un grupo director sobre conducta suicida infanto-adolescente; diseñar un protocolo de atención a la conducta suicida en las unidades de gestión clínica de salud mental; desarrollar trabajo comunitario entre salud mental, atención primaria y centros educativos; y sensibilizar a padres y madres sobre salud mental, gestión de crisis y conductas autolíticas.
García ha incidido también en el importante trabajo que está realizado la Consejería de Salud y Consumo para reducir la incidencia y el impacto de la conducta suicida en Andalucía, tanto en la prevención como en la atención de las conductas suicidas, a través de diferentes líneas y planes de actuación en las que se “plantea un abordaje continuo y continuado no sólo desde el ámbito de salud sino también desde los ámbitos educativo, social y asociativo, dirigido expresamente tanto a grupos vulnerables de la población como a los familiares y amigos que sufren la pérdida de personas allegadas por este motivo”. A la vez que ha puesto en valor el trabajo realizado por las enfermeras referentes escolares para la prevención del suicidio.
Asimismo, la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Patricia del Pozo, ha explicado que el centro docente debe de centrarse en la sensibilización de la comunidad educativa, la formación permanente del profesorado, la detección temprana de posibles situaciones que requieran la elaboración de planes individualizados de seguimiento y protección y, en su caso, la derivación a los servicios de salud. Entre las medidas a adoptar se contemplan actuaciones para reducir el dolor emocional y el sufrimiento, y para incrementar el cuidado, la protección y la seguridad del alumnado implicado, procurando fortalecer la vinculación con su entorno y su propio proyecto vital.
“No es función del centro la estimación del nivel de riesgo de un caso, que será responsabilidad de especialistas, pero sí se puede realizar desde el centro escolar una valoración inicial de la situación en la que se encuentra el escolar, que contribuirá a una toma de decisiones adecuada y la planificación de actuaciones que faciliten el bienestar y protección en el entorno educativo”, ha señalado Del Pozo.
Esta iniciativa, ha indicado la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, se suma al programa de Bienestar Emocional, que cuenta con 22 profesionales de la orientación.
Por su parte, la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha destacado que el III Plan de Infancia y Adolescencia tiene entre sus prioridades la mejora de la atención a la salud mental infantil y adolescente, especialmente, en todo lo concerniente al bienestar emocional, los hábitos de vida saludables, la socialización, la autoestima, las competencias sociales y emocionales, el aislamiento social, las adicciones y el uso de las tecnologías.
Así, ha defendido la importancia de una atención integral para, de manera transversal, interdisciplinar y en red, garantizar el bienestar en la propia familia de los y las menores. Según ha proseguido, “hay que crear entornos seguros desde todos los distintos ámbitos porque los menores que se encuentran en situación de vulnerabilidad no pueden esperar”, ha enfatizado Loles López, que ha remarcado el compromiso de su departamento con la formación y la mejora de las capacidades y habilidades de las familias y los hijos e hijas con problemas de salud mental y trastornos de conducta.
En este punto, ha subrayado el Programa Preventivo para Niños, Niñas y Adolescentes en situación de dificultad y/o conflictividad en el ámbito familiar (Nayfa), el cual apoya a las familias con menores que muestran problemas de adaptación y/o comportamiento. Para ello, se lleva a cabo la promoción de distintas competencias relacionadas con el desarrollo positivo de niños, niñas y adolescentes; y el apoyo a las figuras parentales para que desarrollen las competencias necesarias para un ejercicio positivo de su parentalidad.